Basada en hechos reales es un excelente ejemplo de cine made in Hollywood. Buen guión, buen suspense, los clásicos ingredientes del género, y todo bien trabado de conflictos morales y emocionales al menos interesantes. Sus responsables optan por trabajar los conflictos morales, las relaciones familiares y los dramas personales.
ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título original: Snitch. |
SINOPSIS
John Matthews es un padre cuyo hijo adolescente es acusado por error de tráfico de drogas, enfrentándose a una pena mínima de diez años en prisión. Desesperado y dispuesto a salvar a su hijo cueste lo que cueste, John llega a un acuerdo con una abogada del Gobierno para infiltrarse como confidente en un poderoso cártel de la droga. Una peligrosa misión en la que John lo arriesgará todo, incluyendo a su familia y su propia vida.
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CRÍTICAS
[Mª Ángeles Almacellas – CinemaNet]
John Matthews, propietario de un gran negocio dedicado a la construcción, divorciado y con un hijo de 18 años, se ha vuelto a casar y es totalmente feliz con su esposa y la pequeña hija de ambos. Las relaciones de Jason, el hijo, con John no son muy buenas, nunca aceptó la separación y le guarda rencor a su padre por no haber estado a su lado cuando más lo necesitaba. Ha llegado incluso a renunciar a llevar el apellido paterno, adoptando el de la madre. El chico parece bastante inmaduro para su edad, quizás por la excesiva protección de su madre. El caso es que, por pura torpeza, se deja embaucar en un tema de tráfico de drogas.
La condena que puede caerle es de entre 10 y 30 años de cárcel, aunque podría quedarle reducida si delatara a otro narcotraficante. Esto implicaría tender una trampa a un inocente, como le hicieron a él. Jason es una buena persona y se niega en redondo a cometer una acción tan vil, a pesar de la insistencia de sus padres y del abogado. John se empeña en sacar a su hijo de la cárcel y, para ello, llega a un acuerdo con la fiscal general: se infiltrará en el cártel de la droga para conseguir encontrar y detener a un importante capo.
El mensajero (Snitch) es una especie de thriller de acción, sin demasiadas pretensiones en su línea argumental. Sin embargo, si profundizamos algo más, encontramos temas de reflexión como la capacidad de un padre de arriesgar hasta la propia vida por el bien de su hijo. Pero también aparece el error del mismo padre de haber buscado el éxito en el trabajo aun a precio de no tener tiempo para la familia, con el fin de que “el hijo se sintiera orgulloso de su padre”. Al final consiguió el efecto contrario: el desprecio hacia la figura ausente.
Encontramos también el poder de atracción de los valores, puesto que la actitud íntegra de Jason, que se niega a perjudicar a alguien para favorecerse él, al principio provoca enojo en John, pero al final reconoce que le admira por su rectitud y que ha supuesto para él un auténtico ejemplo de hombría de bien. También podría discutirse si para salvar a su hijo de una pena injusta es lícito poner en peligro la vida de otras personas. Y por último, el film da que pensar sobre si la aplicación de “tolerancia cero” no acaba siendo una aplicación arbitraria de la ley, que comete injusticias tal vez mayores que el beneficio que obtiene. En definitiva, el eterno dilema sobre si un buen fin puede llegar a justificar unos medios deleznables.
Dwayne Johnson interpreta con dignidad su papel de hombre con gran fuerza física, pero con sentimientos familiares muy hondos. Está bien arropado por la veterana actriz Susan Sarandon, ganadora de un Oscar por su papel de monja en «Pena de muerte» (1995) y aceptables actores secundarios como Barry Pepper entre otros.
Sin duda no es una película memorable, pero permite pasar un rato entretenido.
[Juan Orellana, COPE]
El divorciado empresario de transportes John Matthews (Dwayne Johnson) recibe la noticia del ingreso en prisión de su hijo Jason (Rafi Gavron) por tráfico de drogas. El chico no es traficante; pero, por hacer un favor a un amigo, escondió en su casa un paquete con 2000 pastillas de éxtasis. John propone a la Fiscal General Joanne Keeghan (Susan Saranon) un plan para rebajar la condena de su hijo: él mismo se infiltrará entre los traficantes de droga y le pondrá en bandeja a alguno de sus capos. Pero, para ello, va a tener que arruinar la vida de Daniel James (Jon Bernthal), uno de sus empleados ¿Vale todo para salvar a tu propio hijo?
Basada en hechos reales, El mensajero es un excelente ejemplo de cine made in Hollywood. Buen guión, buen suspense, los clásicos ingredientes del género, y todo bien trabado de conflictos morales y emocionales al menos interesantes. No hay nada novedoso ni deslumbrante, pero se aplica con tanta precisión la maquinaria del género que funciona perfectamente.
Al ver como protagonista al ex luchador de wrestling Dwayne Johnson y como director y coguionista al californiano Ric Roman Waugh (La sombra del crimen, Felon) —que antes fue especialista y coordinador de especialistas—, uno podría pensar que se trata de una cinta más de acción. Pero no es así. Sus responsables optan por trabajar los conflictos morales, las relaciones familiares y los dramas personales. Y es una excelente opción.
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