Onward

Javier Muñoz Morales

Soy Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, así que se supone que lo mío son los números. En realidad, prefiero los libros y el cine. Estoy convencido de que detrás de cualquier película hay una visión del hombre y del mundo que merece la pena descubrir

Disney y Pixar, los gigantes de la animación, demuestran en esta película que siguen en plena forma. Y lo hacen ofreciendo un largometraje arrollador en la parte visual, pero que destaca también por la historia de hermandad y de familia que nos presenta.

Si se le echaba en cara a Pixar que sus últimas películas estaban más destinadas al público adulto que a los niños por los temas que trataba, con Onward recupera el toque más clásico y para todos los públicos de sus películas. Dan Scanlon, miembro de la factoría Pixar que ya dirigió Monstruos University, nos ofrece ahora esta fantasía visual que es Onward.

Los hermanos Ian y Barley no pueden ser más diferentes. Ian es un joven tímido y con una nostalgia permanente al no haber podido conocer a su padre, fallecido hace muchos años. Mientras que Barley, algo mayor que Ian, es el hermano “friki”; es mucho más extrovertido que Ian, y un patoso incomprendido al que le encantan las historias antiguas y la magia de su mundo. Ambos unirán fuerzas para afrontar la aventura de sus vidas y poder ver a su padre, aunque sea por unas pocas horas.

La forma que tiene la película de afrontar la falta del padre en la familia es muy interesante, ya que cada miembro de la familia afronta esa pérdida de una manera diferente: Ian y Barley tienen a su padre presente como un modelo a seguir. Ian, aunque no le conoció, quiere ser como él y conocer cuantos más detalles posibles de su vida y su personalidad. Barley, que sí conoció a su padre, es quien aporta detalles de cómo era. Y su madre, Laurel, que también tiene presente a su marido fallecido, intenta rehacer su vida; pero en todos ellos, por encima de su manera concreta de sobrellevar la pérdida, predomina un recuerdo agradecido.

Tras la ilusión lógica de Ian y Barley al tener la posibilidad de poder ver a su padre y así compartir con él sus vivencias, aunque sea por poco tiempo, sigue la decepción al resultar fallido el hechizo. El padre vuelve a estar con ellos, pero de forma incompleta; les falta lo más importante.

Otro tema a destacar en la película es la relación entre los hermanos. La búsqueda de la Gema del Fénix les une y, según avanzan sus aventuras, su relación, antes distante, se va afianzando. Los dos se complementan a pesar de su forma de ser tan distinta; se necesitan el uno al otro para llevar a término su misión, que no sólo es la de conseguir la famosa Gema sino que, sobre todo, es la de encontrarse el uno al otro, conocerse en profundidad y descubrirse como verdaderos hermanos que comparten un legado en común, el recuerdo de su padre fallecido. Ian y Barley conseguirán sobreponerse a sus debilidades con la ayuda del otro.

Laurel, la madre, también tiene su papel en la película, puesto que no abandona a los hermanos en ningún momento, se preocupa por ellos, les sigue e intenta ayudarles aún en la distancia. Y ella será quien anime a la Mantícora Corey para que la acompañe en búsqueda de sus hijos, y así vuelva a ser la figura grandiosa que fue en los tiempos pasados donde la magia dominaba el mundo.

Como conclusión, Onward es una película visualmente muy potente, llena de detalles de calidad, con un guión original, y una historia bien presentada que muestra una visión positiva sobre la familia y la paternidad; sin duda, hará las delicias de los más pequeños de la casa y, además, como suele ocurrir con Pixar, también gustará a los mayores.