La película logró cuatro nominaciones a los Oscars, dos nominaciones a los Globos de Oro y seis nominaciones a los Premios BAFTA. Jane Austen nos demuestra lo ridículo que puede ser la malformación de la persona por la influencia de los prejuicios y de su propio orgullo, influencias de la realidad que nos rodea y nos anima a encontrar cuáles son los pilares que deben regir al ser humano.
PELÍCULA RECOMENDADA POR CINEMANET
Título original: Pride and Prejuice
País: Reino Unido
Año: 2005
Dirección: Joe Wright
Intérpretes: Keira Knightley, Matthew Macfayden, Brenda Blethyn, Donald Sutherland, Judy Dentch, Rosamund Pike, Jena Malone, Tom Hollander.
Guión: Deborah Moggach (Novela: Jane Austen)
Música: Dario Marianelli
Fotografía: Roman Osin
Distribuidora en cine: Universal Pictures
Duración: 127 min.
Género: Drama. Romance
Estreno en Reino Unido: 5 de Septiembre de 2005
Estreno en España: 16 de Septiembre de 2005
Lanzamiento en DVD: 10 de Febrero de 2006
SINOPSIS
Orgullo y prejuicio fue una de las primeras comedias románticas en la historia de la novela. En la novela, la escritora nos cuenta la historia de dos familias, cada una de una clase diferente –una pobre y otra rica- que coinciden durante una temporada a las afueras de Londres. La familia de los Bennet tienen cinco hijas, todas solteras, que ven una oportunidad de salir de la pobreza y de su situación social el matrimonio con los recién llegados. A lo largo de un corto periodo de tiempo, ambas familias lograrán romper con las barreras sociales y vincularse entre ellas, quebrando así todos los esquemas de la época; algo que vemos fundamentalmente en los personajes principales: Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy.
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CRÍTICAS
[Marta Gª Outón – Colaboradora de CinemaNet]
“A veces, la última persona en la tierra con la que quisieras estar es aquella de la que no puedes prescindir”
Hoy en día, todos pecamos de orgullo y prejuicios. Consideramos a los demás muy por debajo de nuestras expectativas y en nuestra naturaleza egoísta e individualista, calificamos a los otros según los declara la sociedad sin aventurarnos a conocerlos por nosotros mismos.
Jane Austen es una reconocida escritora que vivió durante la época de la regencia, en el siglo XIX, y a lo largo de toda su obra literaria ha presentado con notable profundidad los cambios de la Inglaterra georgiana, el paso del mundo rural al moderno, provocados por la llegada de la Revolución Industrial, la expansión colonial y el fin del Imperio napoleónico. Austen logra presentar en sus libros todo ese ambiente y, fundamentalmente, sus repercusiones sociales.
Orgullo y prejuicio fue una de las primeras comedias románticas en la historia de la novela. En la novela, la escritora nos cuenta la historia de dos familias, cada una de una clase diferente –una pobre y otra rica- que coinciden durante una temporada a las afueras de Londres. La familia de los Bennet tienen cinco hijas, todas solteras, que ven una oportunidad de salir de la pobreza y de su situación social el matrimonio con los recién llegados. A lo largo de un corto periodo de tiempo, ambas familias lograrán romper con las barreras sociales y vincularse entre ellas, quebrando así todos los esquemas de la época; algo que vemos fundamentalmente en los personajes principales: Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy.
Austen elaboró este libro a edad muy temprana, e influida por su propia situación, experiencias y personalidad, conseguimos ver una serie de situaciones sociales y económicas que influyen en la trama y en los personajes. Por un lado, repercute el sentido de la educación, especialmente la de la mujer. Toda la formación se llevaba a través de escuelas o, entre las familias mejor dotadas, como la que nos presenta la obra, con institutrices y tutores; el hecho de que algún hijo no hubiera sido educado de una manera formal suponía un escándalo, pues, con la influencia de La Ilustración, consideraban necesario preparar a la razón por encima del sentimiento. Así, la mujer debía tener una serie de talentos que la calificase como la esposa adecuada: religión, formación… y la mejor manera de exponer todo ello era a través de la palabra y la presencia. Por otro lado, está la obsesión por el matrimonio como la mejor vía para dirigir social y económicamente a una familia. La familia Bennet necesita juntar a sus hijas con un hombre que les otorgue dotes y honra, por lo que la elección está por encima del sentimiento; es en los dos personajes principales –Elizabeth y Fitzwilliam- donde vemos que lo que debe primar es todo lo contrario. La importancia de la posición social que diferencia unas clases de otras repercute en la relación de los personajes generando el sentido del orgullo a la novela, mientras que, la maniática mirada crítica de las familias menos nobles hacia los ricos introduce el aspecto del prejuicio.
Elizabeth Bennet es una joven impetuosa, inteligente y muy exigente, que educada por una familia de condición baja, se deja convencer por la apariencia del joven y rico Fitzwilliam. Ella guarda un mundo interior muy rico, que la convierte en un personaje interesante y difícil de abarcar. Es la única de las cinco hijas de los Bennet que no se conforma con cualquier cosa, y su idealismo y perseverancia la ayudan a saber buscar una mejor oportunidad para ascender. Fitzwilliam Darcy es el personaje masculino que personifica la clase social noble y rica. Él se nos presenta como un hombre distante, arrogante y muy orgulloso, que con un espíritu cerrado debido a las influencias de su familia, no sabe observar más allá de las bases ya establecidas por la sociedad. Su orgullo le dificulta su relación con los demás y él, consciente de ello, lucha por dominar su corazón para reconocer qué es lo que de verdad ha de amar: si un espejo, engaño del ideal de mujer que él considera merecedor de su atención, o la mujer que sin reflejo es la real necesidad de su alma. Ambos son los que deben madurar en su crisis, y es al final, donde con ese potente amanecer que envuelve a los protagonistas, cuando ambos deciden limpiarse de ese orgullo y prejuicio.
La adaptación del director Joe Wright sigue una narración de una manera clásica que recorre el desarrollo argumental de una manera sencilla, sin complicar su lectura ni el seguimiento de transformación de los personajes. La cámara nos guía por las escenas imitando el proceso de descripción literaria, de fuera hacia dentro, abarcando con totalidad tanto el exterior como el interior de los personajes y su ambiente. La imagen está pulcramente escogida, muy saturada en luz y color, así como la escenografía y el vestuario, logrando fotogramas que imitan a la perfección la pintura de la época georgiana. Los diálogos son como un combate constante entre el drama y la sátira, la ironía y el humor, que en un principio pretende esteriotipar a los personajes pero que sin embargo, no hace más que jugar con sus personalidades. La interpretación es excelente, especialmente la de Keira Knightley (quien fue nominada al Oscar) y la del actor Matthew Macfadyen. La película logró cuatro nominaciones a los Oscars, dos nominaciones a los Globos de Oro y seis nominaciones a los Premios BAFTA.
Jane Austen nos demuestra lo ridículo que puede ser la malformación de la persona por la influencia de los prejuicios y de su propio orgullo, influencias de la realidad que nos rodea y nos anima a encontrar cuáles son los pilares que deben regir al ser humano.
[DeCine21]
Cinco, eran cinco, las hijas del matrimonio Bennet: Elizabeth (más conocida como Lizzy), Jane, Lydia, Mary y Kitty. Su madre, la sra. Bennet, está obsesionada con buscarles un adinerado marido cuanto antes, lo que solucionaría sus problemas económicos, pero Lizzy, una joven de carácter independiente, se lo toma con más tranquilidad, respaldada por su padre. Un día, el señor Bingley, un joven rico y soltero, se instala en una mansión cercana a la residencia de los Bennet, una ocasión de oro que la madre no piensa dejar escapar. Durante una recepción que Bingley ofrece a sus nuevos vecinos, parece fijarse en Jane, la hermana mayor, mientras que Lizzy conoce a su amigo Darcy, un tipo apuesto, pero orgulloso, hosco y lleno de prejuicios, que aparentemente no muestra ningún interés por las mujeres “de clase inferior”. Aunque se desata cierta química entre Lizzy y Darcy, cada vez que se ven no paran de discutir. Un primo lejano de Lizzy, Collins, pide su mano, pero ésta le rechaza. Poco después, Bingley se marcha a Londres sin avisar, rompiendo el corazón de Jane, y Lizzy piensa que Darcy está detrás de este asunto.
Como existen adaptaciones excelentes de la célebre novela de Jane Austen, una nueva revisión desataba todo tipo de ‘prejuicios’. Pero puede sentirse ‘orgulloso’ de su trabajo el director Joe Wright, que debuta en el largometraje tras un par de cortos y episodios de series. Parte del mérito pertenece a la desconocida guionista Deborah Moggach, que ha sabido condensar en un guión cinematográfico una novela extensa, con muchos personajes complejos, y el exquisito dibujo del alma femenina característico de Austen. Aunque no está acreditada, parece ser que le echó una mano Emma Thompson, ganadora del Oscar por el guión de Sentido y sensibilidad, adaptación de otra novela de Austen. El director describe las costumbres de las diferentes clases sociales de la época, aprovecha la convincente ambientación, y se luce en numerosas ocasiones, como en un elaboradísimo baile filmado en un único plano secuencia, y en la escena en que Lizzy da vueltas sobre un columpio, como metáfora del paso del tiempo. A pesar de que el director estuvo a punto de no contratarla, porque le parecía demasiado atractiva para su papel, Keira Knightley muestra una vez más su talento, al igual que secundarios tan lujosos como Brenda Blethyn, Donald Sutherland y Judi Dench, en un papel tan breve como intenso.
Más fuerte que el orgullo, de Robert Z. Leonard, con Greer Garson y Laurence Olivier, fue la primera adaptación cinematográfica de la novela, realizada en 1940. Durante mucho tiempo, los productores debían pensar que por su extensión era un texto más apropiado para ser adaptado en formato de serie televisiva, pues se hicieron muchas versiones distintas para la pequeña pantalla, hasta llegar a la de 1995, producida por BBC, y protagonizada por el entonces desconocido Colin Firth y Jennifer Ehle. Para muchos, es la mejor y más fiel al original. En 2003 se rodó una versión cinematográfica (Orgullo y prejuicio: la película) que pasó sin pena ni gloria, dirigida por un tal Andrew W. Black. Mejor fortuna tuvo la directora Gurinder Chada, que en 2004 rodó Bodas y prejuicios, una versión musical al estilo de las películas indias, de Bollywood. Mientras que El diario de Bridget Jones tomó alguna que otra idea prestada de la novela de Austen.
El director Joe Wright asegura que se documentó sobradamente para la adaptación, informándose incluso sobre detalles que después no ha incluido en la película, pero que le ayudaron a entender a los personajes. “La novela retrata una época en que la clase alta inglesa tenía la mirada vuelta a Francia y la Revolución, preguntándose hasta qué punto podía afectarles. Por si acaso, decidieron codearse con las clases inferiores. En los bailes en la Sala de la Asamblea, el ayuntamiento, era impensable que acudiera gente como Darcy, era como si el Príncipe Carlos apareciera en una discoteca de barrio”, explica el cineasta. Sólo unos años atrás, habría sido muy difícil que Lizzy y Darcy coincidieran.
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