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ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Dirección y guión: Michel Hazanavicius. |
SINOPSIS
Hollywood 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero, con la llegada del cine sonoro, quedará sepultado en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller verá impulsada su carrera a lo más alto, al firmamento de las estrellas.
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CRÍTICAS
[Enrique Almaraz Luengo- Colaborador de Cinemanet]
Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo que cuenta sus trabajos por éxitos. Todo cambia con la llegada del cine sonoro: él se empeña en proseguir su carrera de la única forma que ha conocido, mientras el público da la espalda a esa manera de hacer cine. Su carrera y su vida se vienen abajo y no tarda en arruinarse, mientras una muchacha a la que dio la oportunidad, Peppy Miller, pasa de extra a estrella en el mismo breve espacio de tiempo. Una historia sobre la frustración, el orgullo y la debilidad ante los sueños que se rompen…
Cuando la corriente actual se empeña en hacer un cine basado en la tecnología punta y los efectos especiales, lo cual no es necesariamente sinónimo de progreso, en especial cuando se habla de arte, Michel Hazanavicius escribe y dirige una película profundamente emotiva e innegablemente artística apelando al tiempo y puesta en escena de una época lejana. Todo un reto técnico para un argumento que refleja el meteórico descenso del éxito al fracaso, ubicado en el paso del cine mudo al sonoro, precisamente para una película muda y como tal contada, mostrando, eso sí, las diferencias entre ficción cinematográfica, glamour de cara a la galería y debacle personal. Hazanavicius explora con este trabajo nuevos horizontes como cineasta, precisamente por ser una vertiente muy interesante y que puede proporcionar muchas vías narrativas a la hora de contar una historia. Éstas van más allá del homenaje a los rótulos para salvar el obstáculo de la mudez: también incluyen el poder de la iluminación, las sombras, los recursos fotográficos y la gestualidad arcaica de las interpretaciones de esas fechas. Por descontado, la presencia de la música se erige como pieza fundamental. El compositor Ludovic Bource realizó en un tiempo muy limitado la partitura, según la decena o docena de bloques en que Hazanavicius dividió la acción. Las imágenes están repletas de alusiones cinéfilas a aquella época y también a épocas posteriores, pero sobre todo es reseñable la carga de simbología, presente en miles de pequeños detalles, especialmente duros al metaforizar la caída estrepitosa de la cumbre al abismo y a la vez tiernas y hasta desgarradoras cuando se trata del amor o del orgullo mal conducido. Tampoco faltan toques de humor, pero de ese humor que, quizá por básico, se vive con una tristeza intrínseca y nostálgica.
Los protagonistas Jean Dujardin y Bérénice Bejo componen unos personajes que harían las delicias de cualquier intérprete. Dujardin, premiado como Mejor Actor en el último Festival de Cannes, es, en palabras del director, “muy bueno con sus expresiones faciales y su lenguaje corporal”, algo difícil de aunar, de ahí que escribiese la película pensando en él. Bejo, esposa de Hazanavicius, encarna a la perfección a la chica sencilla que se abre paso en la industria sin perder el corazón. La pléyade de secundarios cuenta con varios nombres de peso, destacando John Goodman como jefazo del estudio y James Cromwell como el chófer fiel de Valentin.
Lo que sin duda se erige como una grata experiencia cinéfila y cinematográfica va por la vía de convertirse en una auténtica joya de coleccionistas. Es un lujo contar con un título así en las marquesinas. Como dice su director, “es cine de emociones y sensaciones”. Razón no le falta, con esta obra maestra.
[decine21]
Lo que el sonido se llevó
Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo, sus películas son garantía de entretenimiento y una máquina de ganar dinero. Lo que no impide que viva en un matrimonio infeliz. Conocerá a Peppy Miller, una joven con deseos de triunfar en la pantalla, y a la que echa un pequeño cable. La llegada del sonido para las películas supondrá el declive de Valentin, mientras que Miller alcanza la cumbre del éxito. Aunque ella trata de ayudar al otro, existe una dificultad difícil de salvar, su orgullo, que le hace despreciar el cine hablado y cualquier gesto de compasión de los otros.
Asombrosa y genial film de Michel Hazanavicius, cuya carrera hasta la fecha no era especialmente brillante, lo más destacado era la saga de espías OSS 117. Aquí ha tomado la opción radical de entregar una película muda a la antigua usanza, lo que incluye formato de pantalla 4:3, rótulos como los de antaño, acompañamiento de orquesta, gesticulación exagerada de los actores para remarcar su estado anímico… También el recurso al montaje paralelo o los ángulos al más puro estilo expresionista.
Pero Hazanavicius no se limita a rodar una película que pudiera creerse que fue hecha en la etapa del cine mudo, sino que juega a que el espectador advierta lo que se ha quedado en el camino debido a los avances técnicos, y lo que supuso la introducción de las películas habladas en determinados actores, idea que estaba presente en clásicos como Cantando bajo la lluvia y El crepúsculo de los dioses, que son citados muy sutilmente. De modo que hay recursos geniales, en que el sonido puede aparecer inesperadamente, o en que un determinado ruido expresado en un rótulo puede ser un original hallazgo para sorprender al espectador.
A los que atacan determinadas películas tachándolas de maniqueas, no se sabe cómo calificarán un film que sabe a obra maestra casi desde su arranque. Porque la película no deja de ser un cuento moral, con aire de folletín, donde hay espacio para las risas, las lágrimas y el amor, y en que se fustiga la soberbia y se alaba el amor desinteresado, que puede detectarse en la sensible Peppy, pero también en un simpático y fiel perrillo que es una de las figuras de la película. Hazanavicius ha hecho un casting perfecto, los actores parecen en efecto de finales de la década de los 20 y principios de los 30. Bérénice Bejo es de una belleza y bondad arrebatadoras, y Jean Dujardin atrapa todos los matices de quien cae desde lo más alto hasta el abismo.
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Una propuesta muy interesante.
Está por estrenar la también muda y española versión de Blancanieves. Otra propuesta arriesgada y sumamente interesante:
http://www.facebook.com/blancanievespelicula
Una película que prescindiendo del sonido es capaz de expresar un guión carente de palabras, sustituyéndolas por fotogramas expléndidos, propios del exigente cine clásico, y una interpretación mágica que demuestra genialmente la personalidad y peculiaridad de cada personaje.
Sin duda, The Artist es una obra magistral del cine actual, y por supuesto, testigo del mejor cine clásico.
He ido a ver esta película y me ha encantado. La actuación es tan buena que ni te das cuenta de que es muda y en blanco y negro. Es hace que sea como las mejores de la historia del cine, cuando eran todas así. Además tiene muchos valores implícitos. Os la recomiendo, de verdad.