Sinopsis
Arthur Fleck (Phoenix) es un hombre ignorado por la sociedad, cuya motivación en la vida es hacer reír. Pero una serie de trágicos acontecimientos le llevarán a ver el mundo de otra forma. Película basada en Joker, el popular personaje de DC Comics y archivillano de Batman, pero que en este film toma un cariz más realista y oscuro.
Crítica
La hondura del payaso triste
Vaya por delante que Joker no es una película de superhéroes al uso: no hay momento para la risa ‒como nos tiene acostumbrados Marvel‒, para las bromas picantes, los golpes o los momentos para pensar un poco. Joker es inquietante desde el minuto uno: triste y muy dura. Porque el personaje es triste.
Es una película intensa, una crítica brutal al egoísmo de la sociedad actual. ¿Justificación de la violencia? No lo creo. Es muy violenta, sí. Pero no tanto por los momentos gore ‒pocos, aunque los hay‒, sino porque la sociedad lo es: y sucia y desagradable. Gotham como una moderna ‒años 70‒ Sodoma y Gomorra.
Vaya por delante, también, que el León de Oro que se llevó Joker en Venecia es totalmente merecido. Cinematográficamente hablando, estamos ante una grandísima película: me atrevería a decir que de lo mejor que se ha hecho en este 2019. La dirección ‒un sorprendente Todd Phillips venido de la comedia, con su trilogía Resacón en las Vegas‒, la ambientación, el guión…
Y Joaquín Phoenix: de Oscar. Sería raro que no se lo llevara, en la próxima edición. El actor encarna perfectamente a un enfermo mental que acaba convirtiéndose en un brutal asesino. Posiblemente el Joker más villano de los que hemos conocido hasta ahora. Más que el interpretado por Jack Nicholson; más, también, que el del tristemente malogrado Heath Ledger, que no llegó a ver estrenada El caballero oscuro; y más, por supuesto, que el poco convincente Jared Leto, de Escuadrón Suicida.
Para realizar Joker, Todd Phillips ‒que también coescribe‒ ha creado una historia prácticamente de cero. De hecho, no hay un canon sobre cómo fueron los orígenes del archivillano de Batman. Aquí, Joaquin Phoenix es Arthur Fleck, un enfermizo personaje que vive con su madre enferma, a la que cuida.
Ella siempre le ha dicho que su misión en la vida es sonreír y hacer feliz a los demás, por lo que el mayor deseo de Arthur es dedicarse a la comedia. Pero, en un mundo triste y gris como el de Gotham, no es fácil provocar a nadie una mínima sonrisa, que sea realmente auténtica. Y, aunque Arthur trabaja como payaso, nadie le respeta y es el hazmerreír de pequeños y adultos. Así, la vida de Arthur Fleck es triste, aburrida y anodina. Hasta que un compañero de trabajo le da una pistola, que le lleva a extremos que nunca hubiera imaginado.
Una de las mejores bazas de Joker es el guion, que construye muy bien ‒paso a paso‒, al personaje. Los autores han buscado dar una lógica ‒que no justificación‒ a la transformación del protagonista; una lógica que resulta muy realista ‒no hay saltos bruscos‒ y que, a la postre, explica muy bien el porqué del superhéroe nacido años después, Batman, que engarza a la perfección con las películas de Christopher Nolan.
En realidad, Todd Philips ha creado ‒según dice‒ “un drama descarnado y existencial sobre la insolidaridad en la sociedad contemporánea, y la soledad en los grandes espacios urbanos”. Phillips no se corta ni un pelo y mete caña a la telebasura, a los programas que se ríen de los desequilibrados, con un estilo de las películas de Martin Scorsese, de los 70.
Por eso, Joker recuerda más a Taxi driver ‒de la que bebe mucho, hasta el punto de tener al mismísimo Robert de Niro como uno de los personajes importantes‒ que a cualquier película de superhéroes, de DC o de Marvel, da igual. De hecho, estamos más ante una película de cine negro, que de cómic, y de denuncia sociopolítica.
Por otro lado, el trabajo de Joaquin Phoenix, como digo, es espectacular. Adelgazó algo más de 20 kilos, con una dieta muy estricta, e hizo un estudio muy pormenorizado de la sonrisa loco-maníaca fruto de la enfermedad psicótica de Arthur Fleck. El resultado es una encarnación muy personal del Joker que todos conocemos, menos histriónico que el de Ledger y mucho más realista, como el guion.
Aunque, para el que suscribe, sobran algunos minutos ‒pocos‒ de autoexposición al estilo de: “mira qué bien lo hago”. Pero eso es pecata minuta de una fantástica interpretación del actor que se dio a conocer, sobre todo, a partir de Gladiator; seguramente, la mejor de su carrera. Un auténtico recital de cuerpo y rostro.
No puedo terminar sin hablar de la banda sonora, con unas canciones más propias de un cuento que de una película negra como Joker. Ella, junto al grafismo estilo cómico de los créditos, crean un juego de contrastes que provoca más inquietud ‒si cabe‒ al espectador.
En este sentido, son memorables los primeros minutos: Arthur Fleck pintándose como payaso, pero incapaz de sorberse las lágrimas que, lentamente, le van desfigurando los colores de la cara. Toda una declaración de intenciones. Inquietante: lo que mejor define toda la película. Que, por cierto ‒aunque no creo que nadie la piense a estas alturas‒ no es una película para lo más pequeños.
Ficha técnica
- Título Original: Joker
- Dirección: Todd Phillips
- Guión: Todd Phillips, Scott Silver
- País: EEUU
- Año: 2019
- Duración: 121 min.
- Género: Drama, thriller
- Interpretación: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Frances Conroy, Zazie Beetz, Brett Cullen, Bill Camp
- Productora: DC Comics / DC Entertainment / Warner Bros / Village Roadshow / Bron Studios / Creative Wealth Media Finance / 22 & Indiana Pictures
- Música: Hildur Guðnadóttir
- Fotografía: Lawrence Sher
- Estreno en España: 4 de octubre 2019