Entretenido thriller a pesar de que el tono es algo violento, y zafio en su tratamiento del sexo. De todas formas, la película se deja ver, subraya los peligros de las modernas ludopatías tecnológicas y reincide en una crítica lúcida del modelo yuppie de triunfo a cualquier precio.
ESTRENO Título Original: Runner, runner. |
SINOPSIS
Richie es un estudiante de Princeton que piensa que ha sido timado y viaja a Costa Rica para enfrentarse al magnate del juego online Ivan Block. Las promesas de inmensas riquezas de Block le seducen, hasta que descubre la inquietante realidad que hay tras su benefactor. Cuando el FBI presiona a Richie para que les ayude a atrapar a Block, Richie se enfrenta a la partida definitiva: tratar de ganar a estos dos poderosos rivales que le persiguen sin tregua.
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín – COPE]
Después de trabajar un tiempo en Wall Street y sufrir allí el desplome de los mercados, el inteligente Richie (Justin Timberlake) intenta graduarse en la Universidad de Princeton. Pero necesita dinero, se juega todo el que tiene en una partida de póker por Internet y lo pierde. Él cree que ha sido timado, de modo que viaja a Costa Rica para enfrentarse al magnate de los juegos online Ivan Block (Ben Affleck). Pero una vez allí, Richie se ve seducido por las promesas de inmensas riquezas de Block y por la belleza de su sofisticada jefa de operaciones Rebecca Shafran (Gemma Arterton). Hasta que el joven se da cuenta de los inquietantes secretos de su benefactor. Cuando el FBI trata de coaccionar a Richie para que les ayude a arrestar a Block, deberá jugar la partida de su vida: ser más hábil que las dos fuerzas que se le vienen encima.
Éste entretenido thriller quiere parecerse a las películas de la saga Ocean’s Eleven —de hecho, sus guionistas, Brian Koppelman y David Levien, escribieron Ocean’s Thirteen—, pero nunca llega a su nivel. Por un lado, la realización de Brad Furman (The Take, El inocente), aunque ágil, es demasiado rutinaria y carente de personalidad propia. Por otro, los actores de Runner, Runner no tienen la calidad ni el carisma de los estelares repartos que reunió Steven Soderbergh. Además, aquí el tono es mucho más violento, y más zafio en su tratamiento del sexo. Y, por supuesto, el guion es mucho más tópico y tosco, y menos divertido. De todas formas, la película se deja ver, subraya los peligros de las modernas ludopatías tecnológicas y reincide en una crítica lúcida del modelo yuppie de triunfo a cualquier precio.
[María Dolores Valdés – CinemaNet]
En estos días parece que las apuestas online están de moda, no hay más que ver cualquier programa deportivo para comprobarlo. En cualquier descanso o interrupción del juego nos bombardean con anuncios sobre este tipo de apuestas ofreciendo dinero gratis para empezar, apuestas atractivas y un montón de alicientes que pueden llegar a convencer a más de un incauto para acceder a ellas. No sólo apuestas de este tipo pueden hacerse por internet, sino también partidas de póker y casi cualquier juego de los que encontramos en los casinos.
Este es el planteamiento inicial de la película. Un chico que ha trabajado en bolsa con unos ingresos elevados, al desplomarse el mercado trata de hacer un máster en una prestigiosa universidad…pero por su anterior sueldo no puede acceder a una beca. Así que consigue dinero proporcionando jugadores a una web de juego online. Al ser descubierto ante el director de la Universidad, y obligado a dejar esa actividad bajo pena de expulsión, decide jugar él mismo para obtener el dinero necesario para costear sus estudios. Sin embargo, al apostar todo su dinero se da cuenta de que le han estafado, y en vez de hacerlo público trata de conocer al magnate propietario de ese “casino virtual”. Para ello no duda en viajar a Costa Rica…
Y así arranca Runner, runner haciéndonos empatizar de algún modo con este joven que desea realizar unos estudios para poder salir adelante y no ve otra forma de hacerlo que el juego. Hasta ahí, podemos ver la problemática que este tipo de apuestas online conlleva. Se busca el ganar dinero rápido y fácil…por mucho que los fines sean loables, esto puede acarrear graves problemas incluida la ludopatía y la ruina, aunque no se desarrollan estos últimos temas en la película. En algunos momentos recuerda a 21 Black Jack (21 de Robert Luketic, 2008) y en otros quiere parecerse a la saga de Ocean´s Eleven.
A partir del viaje a Costa Rica, el tono cambia, y se convierte en un thriller entretenido, con romance incluido, y situaciones violentas en algunos momentos, que mantienen la atención del espectador. Las cosas no son lo que parecian, el FBI entra en juego y todo se va complicando. Sin embargo se tiene la sensación de algo que ya se ha visto antes, le falta la chispa y los toques de humor que caracterizan otras películas de similares características. A pesar de todo resulta entretenida y se deja ver.
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