«Criminal» no sólo es un thriller bastante mediocre en términos cinematográficos sino que nos intenta hacer empatizar con un psicópata asesino interpretado por Kevin Costner. Cine muy violento y, en definitiva, no recomendable.
Título Original: Criminal |
SINOPSIS
La muerte del agente especial de la CIA Bill Pope (Ryan Reynolds) supone un contratiempo considerable para la famosa agencia de información. Al morir, Pope era el único que conocía la localización de El Holandés (Michael Pitt), un hacker con la clave para hacer despegar cualquier misil nuclear del mundo. Con el objetivo de recuperar esta información y evitar que el programa caiga en manos del anarquista español Xavier Heimdahl (Jordi Mollà), la CIA recurre a un neurólogo, el doctor Franks (Tommy Lee Jones), para traspasar los recuerdos de Pope a otro sujeto. El problema viene cuando dicho sujeto es un peligroso psicópata llamado Jericho Stewart (Kevin Costner) que huye con la información en su cabeza.
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CRÍTICAS
[Guille Altarriba. Colaborador de CinemaNet]
En una conversación previa a un pase de prensa, uno de los críticos allí presentes comentaba que a él el título de “Criminal” lo decía todo: un título genérico para una película genérica. Y desde luego, superficialmente tiene razón. La obra dirigida por Ariel Vromen es un thriller resultón pero bastante normalito.
Cumple tantos clichés del género –el villano latino, el programa informático que controla mágicamente todas las armas nucleares del planeta, los agentes de la ley incompetentes, hombres trajeados en salas llenas de monitores gritando cosas durante una persecución…- que uno casi podría haberla construido a base de pedazos de otras películas.
Desde luego, Vromen intenta añadir un toque propio al introducir unas pinceladas de ciencia ficción –esa transferencia de los recuerdos de un cadáver en acto a, dado el grado de mortalidad habitual en el género, un cadáver en potencia-. Con ello, y haciendo que el personaje principal, el psicópata Jericho, padezca un trastorno que le impide sentir emociones, los responsables de la película pretenden –o dan la sensación de pretender- armar un cierto discurso sobre la medida en la que los sentimientos nos hacen humanos.
El problema de la película –y la razón por la que, de hecho, desde CinemaNet no la recomendamos- es que, al ser Jericho el protagonista, se supone que el espectador ha de empatizar con su drama personal, con el sufrimiento al que le lleva tener los recuerdos y las sensaciones de Bill Pope en su cuerpo. Esto no sería un inconveniente si no fuera porque Jericho es un asesino despiadado, que ejecuta inocentes en plena carretera e, incluso en un momento en el que teóricamente ha adquirido algo de conciencia y moralidad, acaba de forma gratuita con la vida de un puñado de policías inocentes.
Pueden considerar la anterior frase un spoiler, pero de hecho la violencia gratuita es una constante en “Criminal”. El mayor porcentaje se lo lleva, desde luego, el Jericho permanentemente enfadado de Kevin Costner, que añade a su lista de crímenes durante el metraje el robo y el allanamiento de morada con violencia. Sin embargo, en general todos los personajes –excepto el doctor Frank y la mujer de Pope, una estupenda Gal Gadot– son una panda de desalmados.
En definitiva, “Criminal” no vale demasiado la pena como thriller –es formulaico y conformista- ni como cine con valores –más bien lo contrario-. Como colofón, cabría reflexionar sobre nuestra propia tolerancia a la violencia en pantalla: en esta película ciertamente el nivel puede ser algo excesivo, pero aún así, ¿por qué nos parece ya normal, o cotidiano, ver un reguero de muertos en pantalla en tanto no haya sangre? En CinemaNet ya comentamos algo sobre el tema aquí y aquí, pero dejamos la pregunta abierta para la reflexión personal.
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