Sinopsis
Basada en un hecho real, "La ganadora" narra la historia de Evelyn Ryan, una mujer que decide entrar en un concurso comercial de escritura para mantener a sus hijos. En vista de lo bien que se le da, Evelyn ve abierto ante sus ojos un mundo nuevo de posibilidades de mantener a su familia participando en todo tipo de concursos.
Crítica
Un homenaje a la abnegada ama de casa
[Gustavo de Pardo. Locoporelcine.com]
Desde un punto de vista estrictamente cinematográfico admitamos que la película no tiene grandes alicientes. Entre los aciertos cabe destacar la Julianne Moore duplicada como protagonista y como narradora; o ciertas secuencias del montaje que ayudan a agilizar la narración.
Jane Anderson tiene problemas en la dirección. Una escena tan sencilla como la de Evelyn cayendo sobre las botellas de leche, resuelta con cierta torpeza, es ejemplo de las dificultades de la directora para expresar con fuerza los momentos dramáticos. Lo mismo cabe decir de los momentos cómicos como la carrera en el supermercado. De modo que, el aliciente principal de la película está en su guión. Terry Ryan, la verdadera hija de Evelyn Ryan, escribió la historia de su madre. De ahí toma Jane Anderson el material que encerraba un gran potencial. Tras ver la película, es inevitable la sensación de que, en otras manos, se habría conseguido algo mejor porque la historia en sí tiene interés. Una historia que cuenta lo contrario a lo que nos suelen contar otras. Lejos de los dramas existenciales derivados de darse vueltas a sí mismo, nos muestra la felicidad posible de una persona que opta por entregarse completamente.
Tal como está planteada, se deja ver, tiene sus momentos emotivos e incluso alguno que otro emocionante pero no llega a alcanzar intensidad. El planteamiento inicial nos muestra con agilidad el modo en que Evelyn logra ganar lavadoras, congeladores, sofás, coches (que hay que vender para pagar facturas) y prácticamente todo cuanto contiene la casa. Pero una vez planteada la situación y las dificultades matrimoniales, el guión se torna cíclico. De cuando en cuando, se logra romper la rutina con la aparición de novedades. La mejor de ellas, la aparición de «Las Margaritas», un grupo de mujeres que se ganan un sustento económico del mismo modo que Evelyn. El final, vuelve a lograr cierto nivel gracias a la situación de crisis. Julianne Moore se toma con seriedad su papel pese a encontrarse en una película de recursos limitados. Es ella la que soporta todo el peso de la historia. Pero hay que mencionar el papel de Woody Harrelson: dificilísimo construir un personaje como el del marido. No sólo se muestra mucho más contenido que en ocasiones anteriores sino que, además, logra transmitir lo necesario con gestos y miradas: la frustración, la ira y, en el fondo, el sentimentalismo. Es un hombre sin arrestos abochornado porque es su mujer la que los tiene bien puestos.
Pese a sus notables y numerosos defectos, la historia está tan impregnada de un aroma a Frank Capra que, al acabar, uno no puede sino quitarse el sombrero ante Evelyn. En una de las escenas dice de sí misma que no es una santa. En mi humilde opinión podrían empezar el proceso para canonizarla mañana mismo. Y a hacerla un monumento en Central Park porque escogió el camino difícil. Eso es heroísmo y lo demás palabrería. La ganadora, sin ninguna duda.
[Juan Orellana. Alfa y Omega]
Se ha estrenado una impactante película que tiene como protagonista, no a un superhéroe del cine de aventuras, sino a una superheroína real, de carne y hueso: una ama de casa madre de diez hijos y esposa de un prototípico impresentable. La ganadora cuenta la historia real de Evelyn Ryan, una humilde mujer de Ohio que sacó a su familia adelante, a base de participar en concursos promocionales
La película, escrita y dirigida por la debutante Jane Anderson, se basa en un libro biográfico que escribió la hija de Evelyn, Terry, que falleció la semana pasada de un tumor cerebral. [Nota de Cinemanet: Evelyn Ryan falleció en 1998]. El libro, The Prize Winner of Defiance, Ohio, llegó a las manos del famoso productor y director Robert Zemeckis (Náufrago, Forrest Gump, Regreso al futuro), que quedó muy impactado por el retrato vital de aquella mujer: «Me impresionó el inquebrantable optimismo de Evelyn y su amor por la vida, esa cualidad espiritual que le permitió superar una vida llena de dificultades».
Y es que esas dificultades no fueron pocas. El marido de Evelyn era un prometedor cantante pop que, tras un accidente de coche, quedó irreversiblemente dañado en sus cuerdas vocales. Empezó a trabajar de obrero y a entregarse a la bebida y a la autocompasión. Con escasísimos recursos económicos y diez hijos que alimentar, Evelyn tuvo que aplicar su ingenio a fondo para sobrevivir. Eran los años 50 y 60, cuando proliferaban los concursos en los que las amas de casa de toda América podían ganar miles de dólares en metálico y en premios domésticos. Evelyn, usando de su don para las palabras, participó en decenas de esas competiciones, que le reportaron innumerables premios. Así compensaba -a duras penas- las inversiones diarias de su marido en alcohol.
Evelyn llevaba una vida muy dura: siempre en casa, trabajando, lidiando con los acreedores y cuidando a los niños más pequeños. Las situaciones más difíciles se las brindaba su marido cuando, borracho, organizaba numeritos violentos que solían acabar con la presencia de la policía y el pánico de los hijos. Como contrapunto, Evelyn siempre sonríe, nunca reprocha, nunca desespera… Julianne Moore es la actriz responsable de dar vida al personaje, y lo hace -como siempre- con impecable oficio y abanico de matices y registros. El marido está encarnado por Woody Harrelson, cuyo trabajo se ve arruinado en España por un doblaje impresentable.
La película muestra una doble vertiente. Por un lado, no sólo homenajea con justicia a aquella mujer concreta, Evelyn, sino a tantísimas amas de casa que han vivido -o viven- experiencias familiares parecidas. Pero, por otro lado, el film mantiene una crítica soterrada a una mentalidad machista que legitima un modelo de pareja muy asimétrico, y que está en la base de muchas formas equivocadas de vivir el matrimonio y la familia. Formas que parecen estar más cerca de una concepción musulmana del rol de la esposa, que de una visión cristiana del amor. Por ello, no es muy feliz la breve aparición del confesor de Evelyn, que le recuerda sus obligaciones de esposa, sin que nadie le recuerde al marido sus obligaciones ante su familia. ¿Es obligación moral lo que es un injusto sometimiento? Ciertamente, y desde un punto de vista sociológico, hemos vivido también en España una mentalidad parecida, y no hay más que ver algunas películas de la época, anuncios publicitarios o ejemplos del NO-DO que testimonian una mentalidad muy machista. Pero no nos engañemos: ese machismo patriarcal ha sido sustituido hoy por uno sexual, en el que a la mujer se le ha impuesto un rol agresivo -y masculino- que vuelve a negar la dignidad femenina. El feminismo ha sido la mayor victoria de una sociedad machista.
En fin, estamos ante una película muy interesante, muy bien realizada y nada demagógica, sino inteligente y sutil, que sin duda puede originar larguísimas y oportunas discusiones.
Ficha técnica

- Título Original: Winner
- Dirección: Jane Anderson
- Guión: Jane Anderson; basado en el libro "The prize winner of Defiance, Ohio: How my mother raised 10 kids on 25 words or less" de Terry Ryan.
- País: EEUU
- Año: 2005
- Duración: 99 min.
- Género: biopic, drama
- Interpretación: Julianne Moore, Woody Harrelson, Laura Dern, Ellary Porterfield, Simon Reynolds, Trevor Morgan, Robert Clark, Michael Seater
- Música: John Frizzell
- Fotografía: Jonathan Freeman
- Estreno en España: 1 de junio de 2007