Sinopsis
El joven soldado de 19 años Billy Lynn (Joe Alwyn) y su patrulla sobreviven a una batalla en Iraq en la que son grabados por las cámaras, por lo que son tratados como héroes cuando regresan a casa para una gira promocional antes de volver a la guerra.
Crítica
La inmadurez del soldado
[Guillem Lisicic. Colaborador de Cinemanet]
Tras la sorprendente y apasionante La vida de Pi, el director taiwanés Ang Lee nos ofrece con Billy Lynn la historia del escuadrón Bravo, del ejército de los Estados Unidos, que, tras haber llevado a cabo una heroica acción militar en la guerra de Iraq, debe realizar una gira en su país porque la patria se lo exige: se han convertido en héroes nacionales y deben dar una alegría a la nación.
Con esta película, Ang Lee consigue penetrar y expresar la falta de madurez de una parte de la sociedad americana actual: sus certezas y, a la vez, las incertidumbres que vehiculan su concepción de la vida y del mundo. A través del personaje principal, Billy Lynn (Joe Alwyn) -consigue él solito cargarse la película a las espaldas-, comprendemos la recurrente experiencia de alienación en un país incapacitado para comprender el drama de la guerra y las heridas que produce; un país que no comprende lo que ha vivido y sufrido junto a sus compañeros de batalla.
No les mentiré: hay muchas películas que nos hablan mejor de las dificultades del soldado al volver a casa y esta no es la mejor. Para eso ya tenemos The Pacific de la HBO u otras muchas cintas. Hay otras películas que son un fiel retrato del espíritu americano, tan diferente, culturalmente, del nuestro -o no-.
Les propongo, en cambio, que se fijen, en primer lugar, en un extraño Vin Diesel -porque nos tiene acostumbrados a otro tipo de rol- en el papel de hombre curtido por la guerra y que ha aferrado el sentido de la existencia -muy discutible el sentido que halla, sí, pero se contrapone a la falta de sentido aparente que viven algunos americanos, así como nos lo presenta Lee-.
En segundo lugar, la maduración que realiza el protagonista, Billy Lyyn, sobre todo gracias al constante diálogo con su hermana -una creíble Kristen Stewart-, que vertebra toda la trama: el drama del decidir volver a Iraq o quedarse en casa; el drama de traicionar a los compañeros de armas y salvar la piel o una más que probable -e inútil, como sostiene su hermana- muerte en el campo de batalla.
La sociedad americana, sí, pero también la nuestra.
[Pablo Gugel. Colaborador de CinemaNet]
Que la Guerra de Irak es una contienda impopular para una gran parte de la sociedad norteamericana no es nada nuevo en el cine. Que cuando una persona vive en sus carnes el horror de la guerra queda marcada de por vida y nunca vuelve a ser el mismo, tampoco.
La camaradería que se origina en el ejército debido a las largas horas de convivencia también ha sido contada muchas veces. De todo ello habla Billy Lynn, una propuesta que no desarrolla ningún tema original, pero sí innova en la forma, tanto a nivel técnico, con la utilización por primera vez en la historia del séptimo arte de la grabación a 120 fotogramas por segundo, como narrativo.
Basada en la novela homónima del escritor estadounidense Ben Fountain, Billy Lynn cuenta la historia de un joven muchacho de 19 años que accidentalmente es grabado mientras salvaba a su sargento del ataque de unos insurgentes iraquíes. Él y sus compañeros del escuadrón Bravo se convierten en símbolo de la valentía de las tropas norteamericanas, en héroes del país, y son invitados a un partido de la NFL para recibir un homenaje.
El director taiwanés Ang Lee, doble ganador del Oscar a mejor director por Brokeback Mountain y La vida de Pi, utiliza este escenario para realizar una película muy crítica con la sociedad norteamericana y su política exterior e interior. El estadio de un equipo de fútbol americano de Texas es el epicentro de la acción del filme, el lugar perfecto para diseccionar los diferentes tipos de personalidad que conviven en Estados Unidos. No se salva nadie.
Lee arremete contra el establishment con la misma dureza que contra el pueblo. Todos ellos muestran una cara hipócrita, frente a una guerra que, o bien no les interesa, o sólo están pendientes de ella por el partido que se pueda sacar. En este totum revolutum, los soldados se encuentran desorientados, fuera de sitio, en un hábitat del que no se sienten partícipes.
El relato se cuenta a través de la alternancia del presente con los recuerdos de Billy Lynn, presentados mediante constantes flashbacks, lo que origina un ritmo demasiado repetitivo. A través de ellos, conocemos su vida anterior, su situación familiar, y algunos episodios de lo sucedido en Irak, y nos adentramos en las dudas que pueblan su mente. Lynn está bien interpretado por el actor británico Joe Alwyn, principal figura de un reparto en el que destacan rostros conocidos como Steve Martin, Vin Diesel o Kristen Stewart.
En una de las variadas subtramas, alguna de ellas innecesaria, el grupo recibe la oferta de rodar una película a cambio de una importante cantidad de dinero. La situación, que al principio se presenta como anecdótica, es una perfecta analogía del papel que realizan allí. Como marionetas, la compañía cumple lo que se le ordena sin rechistar, a pesar de la perplejidad de lo que ven sus ojos. Un contraste brutal con lo que habían vivido hace unos días. Todo de cara a un público que necesita creer en el sentido de la guerra.
Ficha técnica

- Título Original: Billy Lynn’s Long Halftime Walk
- Dirección: Ang Lee
- Guión: Simon Beaufoy, Jean-Christophe Castelli (Novela: Ben Fountain)
- País: EEUU
- Año: 2016
- Duración: 110 min.
- Género: Drama bélico
- Interpretación: Joe Alwyn, Steve Martin, Kristen Stewart, Garrett Hedlund, Vin Diesel, Chris Tucker
- Productora: Sony Pictures / TriStar Pictures / Bona Film Group / Dune Films / Film4 / Ink Factory / The Marc Platt Productions / Studio 8
- Música: Jeff Danna, Mychael Danna
- Fotografía: John Toll
- Estreno en España: 27 de enero 2017