Sinopsis
Earl Stone (Clint Eastwood) es un anciano horticultor de cerca de 90 años, veterano de la Segunda Guerra Mundial. Earl está solo y en quiebra, ya que se enfrenta a una ejecución hipotecaria de su negocio. Es entonces cuando le ofrecen un trabajo que simplemente le exige conducir. Todo parece bastante fácil, pero, sin Earl saberlo, lo que realmente está haciendo es transportar cocaína para un cartel mexicano. Todo se complica cuando el agente de la DEA, Colin Bates (Bradley Cooper) empiece a investigar esta misteriosa mula que transporta drogas para el cartel mexicano de Sinaloa.
Crítica
Mula
En 2009, con Gran Torino, Clint Eastwood anunciaba su retirada del cine como actor, continuando solo como director y productor. No obstante, en 2012, apoyó el debut como realizador del que había sido su asistente a la dirección durante años, Robert Lorenz, y protagonizó Golpe de efecto. En 2019, a sus casi 89 años y para nuestro disfrute, vuelve a producir, dirigir e interpretar Mula.
El guion de este último proyecto está basado en un artículo del New York Times y está escrito por el propio autor del mismo, Sam Dolnick, y por Nick Schenk, guionista de Gran Torino y de la serie Narcos. En él, Earl Stone (Clint Eastwood) es un horticultor, veterano de la guerra y jubilado, que hace años que perdió la relación con su mujer (Diane West) y su hija (Alison Eastwood) por su excesiva dedicación al trabajo.
Ahora, además, también ha perdido su invernadero y, prácticamente, no tiene donde caerse muerto. En un intento por recaudar dinero para la boda de su nieta (Taissa Farmiga), el único miembro de su familia que desea mantener contacto con él, Earl se convierte en un transportista («mula») para el cartel de Sinaloa. Su avanzada edad, así como la falta de antecedentes legales y multas de tráfico, despistan a las autoridades y le convierten en la persona ideal para el puesto, en uno de los mejores activos de la organización criminal mexicana.
Las últimas propuestas como realizador de Eastwood (Sully, El francotirador y15:17 Tren a París) han estado relacionadas con el retrato de personas anónimas que han sido elevados a la categoría de héroes por enfrentarse a situaciones extremas en la vida real. En el caso de Gran Torino, Walt Kowalski también realizaba un proceso de redención y un acto heroico al final de su vida.
En comparación con las anteriores, puede parecer que no hay ningún rastro de ídolo en la trayectoria de Earl, pero el mérito de la película reside en lograr una interesante historia humana sobre las segundas oportunidades, sin grandes artificios y a pesar de que su protagonista incurra en acciones del todo ilícitas. Earl representa al ciudadano anónimo que se equivoca y no logra hazañas aparentemente extraordinarias, pero que sí intenta reparar sus faltas en la medida de lo posible.
Así, a lo largo de la película, el anciano comienza a mostrar arrepentimiento por haber descuidado a su familia en el pasado. Parte de los diálogos más convincentes de la cinta son los que se producen entre él y Colin Bates (Bradley Cooper), el agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA) que le persigue, y al que aconseja que nunca olvide las fechas importantes para sus seres queridos.
A pesar de tratarse de un mensaje tópico y más que trillado, al salir de la boca del añado Eastwood suena a honestidad, casi a confesión. De hecho, el que su hija mayor sea la que interpreta a la de Earl hace pensar, a cualquiera que conozca algo de la biografía de esta leyenda del cine, que el discurso de la película y la elección de la actriz tal vez no sean fortuitas.
Aunque es cierto que su familia lo rechaza justificadamente y que su trabajo es ilegal, Earl posee un encanto parecido al de Kowalski y encandila con su ironía y la buena relación que acaba teniendo con sus compañeros mexicanos. A esto se une que, en la última mitad del film, se produce un giro que confirma la sinceridad del remordimiento de Earl y que termina de conquistar la empatía del espectador.
Quizás porque ya estamos acostumbrados a que los protagonistas anteriores salgan invictos o ensalzados con actos asombrosos, el destino final de Earl puede no resultar grandilocuente. No obstante, es la sencillez de la coherencia y rectitud del protagonista la que lo transforma en una resolución bastante eficaz, más aun teniendo en cuenta que tampoco es demasiado habitual ver a los personajes interpretados por Eastwood reconocer sus errores y responsabilizarse de ellos hasta las últimas consecuencias.
Sin aportar detalles que provoquen spoilers innecesarios, es más que destacable el hecho de que nunca se ha visto al actor terminar un film en la situación que se muestra en Mula. Puede que, para lograr un resultado más redondo, hiciera falta algo más de profundidad a la hora de retratar a los secundarios -tanto a los miembros del cartel como a la familia y al agente Bates- o a la hora de reflejar la situación real de un país en el que los nonagenarios se ven obligados a trabajar para traficantes de drogas.
Algunos critican que no se repita una de las obras maestras a las que Clint Eastwood nos tiene acostumbrados (Sin Perdón, Los puentes de Madison, Mystic River, Million Dollar Baby o la ya citada Gran Torino, entre otras) y puede que este no sea especialmente recordado por Mula, pero no se puede negar que como cineasta y actor sigue conquistando al público.
Ficha técnica
- Título Original: The Mule
- Dirección: Clint Eastwood
- Guión: Nick Schenk (Artículo: Sam Dolnick)
- País: EEUU
- Año: 2018
- Duración: 116 min.
- Género: Drama
- Interpretación: Clint Eastwood, Bradley Cooper, Dianne Wiest, Michael Peña, Taissa Farmiga, Laurence Fishburne, Ignacio Serricchio, Alison Eastwood, Andy García
- Productora: Imperative Entertainment / Warner Bros / Bron Studios / Malpaso Productions
- Música: Arturo Sandoval
- Fotografía: Yves Bélanger
- Estreno en España: 8 de marzo de 2019