Lo tuyo y tú

Jaime Pérez Laporta

Nací en Madrid, tengo raíces valencianas y me crié en Barcelona. Apolítico, drogadocto y delírico. Si digo tonterías, espero correcciones. Estudié Humanidades en la Universitat Pompeu Fabra, pero lo de escribir ya me pasaba antes. El cine es el nuevo arte total. Wagner solo era un preludio de Scorsese.

Escalofriante. «Lo tuyo y tú» no es una comedia romántica made in Corea que intenta emular las producciones de Hollywood. De hecho, ojalá intentase parecerse a la más burda de todas ellas. Resulta una cinta con un guión interesante, por su complejo cinismo, pero montada con poco acierto, musicada con una pobre y recurrente melodía e interpretada por unos actores que no cumplen ni con la expresividad del amor, ni con la profundidad del cinismo.

Minjung no es una mujer ingenua, ni una mujer liberada. Minjung tiene pérdidas de memoria aleatorias, o acaso no es Minjung y es otra que se le parece. A veces, se le acercan hombres creyendo conocerla. Más bien, aseguran que bebieron con ella en un bar, pero ella lo niega. El espectador jamás está seguro, no entiende esa negación tan rotunda.

Ningún hombre es capaz de llamarla mentirosa, todos ceden a sus encantos y prefieren volver a empezar. Algunos críticos audaces afirman que Minjung no tiene pérdidas de memoria, sino que ésta es, en realidad, distintas mujeres. Un trampantojo tan infantil que sería raro que estuviera en el guión original, pero es una opción plausible para el espectador que ceda a los encantos de esta historia.

Yaongsoo parece sincero, quiere vivir su vida en serio y, para él, solamente el amor otorga seriedad a la vida. Como él mismo dice, muchos creen que para vivir de forma auténtica hay que escalar el Everest o hacer otras cosas emocionantes, pero, para él, el sentido de su vida está en pasar el resto de su vida con Minjung. Este argumento, que parece tan elocuente, oscila demasiado entre lo sentimental y lo estúpido.

¿No se le ocurría mejor ejemplo?, la comparación de su amor con una banal obsesión por escalar el Everest dice mucho de sí mismo. El lado más ridículo del ser humano se descubre cuando tiene que defender sus ideales y lo hace así de mal. Puede parecer una trama sin sentido, y seguramente todo entra en los planes de Hang Sang-soo, guionista y director. «Lo tuyo y tú» muestra el absurdo en la actitud desenfrenada de Minjung y en la sumisión de sus amantes. Ninguno parece dar paz al espectador y, aún así, sus papeles plantean cuestiones interesantes sobre el amor.

Tan obsesivo y tan estúpido, Youngsoo llega a dudar de lo que vieron sus amigos y que hemos visto todos. Solamente podría tener razón si la chica que ligaba en el bar no fuera su Minjung. Para él, nadie la entiende, es una mujer que cae mal a muchos por una razón inexplicable, quizá la misma por la que otros le regalan el corazón. Y merece ser comprendida de una forma extraordinaria, el problema es que esa comprensión está basada en la mentira y en la obsesión.

Y, ¿qué decir de Minjung? Ella olvida sus actos para no afrontarlos o, como creen algunos, es muchas mujeres confundidas con la misma. Lo cual significa que Youngsoo y los otros aman a distintas personas sin saberlo. Esta última opción parece todavía más cruel que la verdad, sus amantes creen amar a una mentirosa que en realidad es muchas personas honestas. La paradoja se instala de nuevo en el guión y la única salida es el absurdo de seguir viviendo.

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